Discurso de los graduandos de la Escuela de Comunicación Social y Periodismo

Por Eduardo Marín Cuello




Doctor, Alfredo Méndez Alzamora, rector de la Universidad Sergio Arboleda Santa Marta.

Doctor, Camilo Noguera Abello, secretario General de la Universidad.

Doctor, Jorge Salazar Manrique, decano escuela de Comunicación Social y Periodismo.

Demás miembros de la mesa principal, padres de familia, compañeros, amigos. A todos, buenas tardes.

Para mí, es un gran honor representar al grupo de nuevos comunicadores sociales y periodistas, con quienes he vivido una época magnífica, una etapa de formación, de esfuerzo, disciplina y trabajo guiado por Dios que hoy termina con victoria y da inicio a una etapa más grande: la vida profesional.

Y es que en este tiempo hemos cambiado mucho, sobre todo en nuestra mentalidad, nuestra forma de ver el mundo, de analizarlo e interpretarlo con criterio para gestionarlo en las organizaciones y en los medios, tanto impresos como audiovisuales y multimedia. En otras palabras, nos hicimos Comunicadores Sociales y Periodistas. Tampoco se puede olvidar lo físico, pues cuando hicimos la entrevista de admisión éramos muy distintos a la imagen que damos hoy. ‘Chu’, ‘Jota’ y Yo, por ejemplo, empezamos la carrera con 10 kilos menos. Sin embargo, existen algunas excepciones en ese sentido, como ‘Meche’ o Edna, que no crecieron mucho, pero están más lindas e inteligentes.

Colegas, ¡hoy es nuestro gran día!, y esa alegría mezclada con nostalgia que sentimos desde que despertamos esta mañana, se la debemos a nuestros padres y profesores principalmente. Cómo olvidar los esfuerzos de nuestros padres para que hoy estemos aquí sentados, haciéndoles sentir orgullosos de nosotros, que somos el reflejo de la crianza que ellos mismos nos han dado. Papás, mamás, tengan la seguridad de que nosotros estamos orgullosos de ustedes, y siempre, se lo vamos a agradecer, así que esperen su recompensa.

Profesores, ustedes también son inolvidables. Cómo olvidar el amor a la Patria que los espartanos profesaban y que, entre mil cosas más, Marcos Rosado nos enseñó. El código de ética, el artículo 20 de la Constitución y los 6 mil caracteres contra-reloj de Carlos Blanco. Los quizzes de actualidad de John Acosta; las citas de Pierre Bordieu en clase de Edimer; la búsqueda de referentes teóricos con Diego; y el ‘tenebroso’ árbol lógico del profesor Camargo. Cómo olvidar frases célebres como “Interesante, interesante, interesante” de Leonardo Herrera; la famosa “En qué te basas” de Javier Mejía, o el “Dejen las palabras exóticas” de Mapi. Y ni hablar de las experiencias en el magazín de Taller de Televisión o en el viaje a Bogotá con la asignatura de Historia del Arte. Hay más, sin duda hay más frases y elementos de los profesores; tantos que podría hacerse un discurso sólo con ellos. Eso, es una prueba de la familiaridad con que fuimos formados. Familiaridad que se demuestra en los inolvidables saludos de Ingleberto, ‘Jesu’, Doña Fide, Estercita, Belquis, Adrianita, Elvia Rosa, y el resto del personal administrativo. Ellos también nos acompañaron en este proceso y sus sonrisas nunca se borrarán de nuestras mentes. Con todos compartimos un ambiente de proximidad y camaradería, propiciado por la calidad humana del personal y el tamaño de la Universidad, que en el plano académico y humanista es más grande que cualquier otra institución de la región.

Colegas, levantemos ahora la mirada al horizonte y aunque se nos haga nebuloso, vayamos hacia él con la luz que nuestros padres y la Universidad nos han dado, y además con los recuerdos de los amigos y compañeros, incluso los que empezaron con nosotros, pero hoy no nos acompañan en esta ceremonia. Enfrentemos el devenir, recordando que tenemos el árbol de la sabiduría, escudo de esta institución, tatuado en la piel y que seremos sergistas para siempre.

Lo que viene, compañeros, es la vida profesional y ella será el momento perfecto para ir por más victorias. No nos quedemos en las nominaciones y triunfos en los Césares de Televisión Universitaria y los Mario Ceballos Araújo de periodismo. Vamos por la gloria. Recordemos, que en nuestras espaldas está la gran responsabilidad de hacer un trabajo excelente a donde lleguemos, siendo líderes y proactivos, para dejar en alto el nombre de nuestra Universidad Sergio Arboleda y, de paso, buscar un mejor futuro para nosotros, nuestras familias, nuestra ciudad y nuestra Patria.

Que Dios nos bendiga.

Muchas Gracias.

NOTA: Con este discurso, que leí el día de mi grado y es la prueba de haber logrado el título de comunicador social y periodista el pasado 18 de julio, me gradúo aquí, en el blog. Y me comprometo a seguir publicando contenidos gratos para ustedes, mis queridos lectores del mundo digital. Ahora seguiré haciendo periodismo, la única diferencia es que tengo el título en mi poder.