Intenciones no son amores; y menos goles

Por Eduardo Marín Cuello

A nada, a nada se jugó hoy. Lo que temí toda la Copa América se dio: que un equipo se encerrara y nos hiciera falta un conector en el medio campo. Hoy Colombia jugó a atropellar por la mitad y en cada incursión se encontró con la nueva versión de las murallas de Machu Pichu. Solo cuando intentó entrar por los laterales o con pelotazos cruzados logró algo. Cuando Perú atacó y fue constante, nos hizo parecer un circo.

En la defensa se intentó mantener el orden que se trajo en la primera ronda, aunque no fue fácil con un Paolo Guerrero que le amargó la tarde a Zúñiga, Perea y Yepes principalmente, como a payasos les intento pintar la cara. Siempre les complicó a punta de fuerza y el jueguito de abrir los brazos, un jueguito de calle. Por otro lado los zagueros colombianos intentaron conectar con el ataque mediante pelotazos que rebotaban en las cabezas de los Incas que las devolvían al medio campo donde sobrepoblaron y, como magos, desaparecieron a Sánchez, Guarín y Aguilar. Solo el primero, Sánchez, a punta de cierres efectivos se logró imponer en ese medio campo; paecía una fiera. Freddy y Abel hoy no tuvieron el manejo que mostraron ante Bolivia y simplemente se convirtieron en espectadores por muchos tramos del juego.

Ramos, Moreno y Falcao hoy eran unas islas en el inmenso mar peruano. Fugaces destellos desde las bandas, chispazos en el centro del área y cosas por el estilo permitieron que el tridente ofensivo -hecho para defender- no pasara tan desapercibido. Moreno insistió y hasta le cometieron un penal que Falcao se comió, no se lo taparon, se lo comió. Falcao y Adrián sufrieron los marcajes de una zaga peruana que sólo le faltó colgarse en el travesaño. Las pocas veces que se llegó a predios del cancerbero, y aquí cuento hasta las llegadas de Armero y Guarín, faltó definición, cabeza fría, ser certeros y no hay excusas.

Vuelvo con el portero, que se creyó hombre bala y salió fue bomba. Explotó ante los ataques de una banda cruzada que disparó de todas partes y en dos errores del cancerbero cafetero anotó y eminó a un equipo que había resistido mucho.

Con esto paso al tema del técnico, que no lo había tocado en todos estos espacios de crítica, y digo que lo que se construyó en primera ronda se cayó hoy, sobretodo frente a lo que se viene que es la eliminatoria donde cada juego es al estilo del de hoy: muerte súbita, prácticamente. Bolillo, quien aseguró su contrato al haber pasado la primera ronda, se dejó llevar del desespero y traicionó hasta su planteamiento de contraatacar pues para "contraatacar", primero hay que recuperar el balón y cómo coños lo piensas hacer si tienes un solo volante de marca y cinco delanteros, me refiero al tramo final del encuentro, en el cual Moreno, Rodallega, Teófilo, Falcao y Jackson se convirtieron en artillería de lujo en una guerra de guerrillas y sin cuartel, o con un cuartel débil, pues los cuatro defensas se debían multiplicar y ocupar espacios de apoyo a un Guarín cansado, abatido y perdido del partido. Esa tarea de respaldo la intentaron dar Zúñiga y Armero dejando aún más desamparados a los centrales Perea y Yepes que aguantaron hasta donde pudieron y junto a Neco Martínez, el arquero, volaron en átomos al verse acribillados. Este fue el show de los payasos.

Los cambios dañaron, o terminaron de dañar, "la identidad" que se le había creado al equipo en primera ronda y que con la presión ejercida por Perú se cayó.

Ya los errores individuales crasos: botar el penalty, dar rebote al salir a nada y estrellarse con el compañero, y regalar una pelota al intentar salir jugando con el defensa tienen nombre propio -pero para qué señalar con otro dedo a los que todo el mundo vio-. Bolillo: a replantear ese esquema, o esa identidad de contraatacar sin un conector que maneje los hilos en toda dirección. Muchachos: a poner de su parte para que, al menos, no luzcamos como un equipo de barrio... pero donde juegan solo los dueños del balón que por lo regular solo juegan por ser dueños, no por calidosos; acuérdense que tienen una "famita" de buenos en los países donde ejercen.

Hoy nos eliminó un equipo que jugó menos agresivo pero más contundente a la hora de castigar las burradas. Este espacio se cierra por esta Copa América para la selección y retorna a labores normales. Dios nos bendiga y proteja, porque se viene la eliminatoria y si vamos a jugar como hoy no esperemos ni siquiera el repechaje para ir a Brasil, y eso que la Conmebol conservó sus cupos normales pese a ser anfitriona. Y como dicen los hermanos Gasca en su publiciad de circo: "Después no digas que no te avisamos."