Luces y sombras del oficio fotográfico

En entrevista, Carlos Capella, ganador del premio de periodismo Simón Bolívar 2011 en la categoría mejor fotografía, expresó algunas pautas para desarrollar esta actividad.


Por Eduardo Marín Cuello


Su Canon Eos 1 D Mark está sobre la mesa de sala de profesores frente a la Nikon D80 con que se trabaja toda la Escuela de Comunicación y sus periódicos. Es Carlos Capella Bello, fotógrafo de la Casa Editorial El Tiempo, quien con esta entrevista aconseja a los futuros periodistas y fotoperiodistas sobre el comportamiento que debe tenerse en el oficio.

Capella, como es conocido en el gremio periodístico de Barranquilla donde vive hace más de 30 años, se ha desarrollado profesionalmente y ha obtenido distintos reconocimientos gracias a estos lineamientos deontológicos. Entre sus logros están el Mario Ceballos Araújo de la universidad Autónoma del Caribe (2010 y 2011) y el Simón Bolívar 2011, entre otros.

Esta es la fotografía con que Capella ganó el Simón Bolívar 2011. Se titula “La vida en el pueblo de las aguas” Es una visión de Sucre – Sucre, después de la temporada invernal del 2010. Foto: Archivo CEET (Casa Editorial El Tiempo). 
La Experiencia


Este cartagenero. Se inclinó por la fotografía cursando bachillerato, cuando captaba el mundo con una cámara Pentax ES II. Era la época del rollo y el revelado. Luego entró a la universidad Autónoma del Caribe a estudiar Comunicación Social y Periodismo. Siempre pensando en la fotografía, termina la carrera y va a especializarse en la Escuela de Bellas Artes de Santo Domingo -República Dominicana.
Inició en el medio en el año 81 trabajando para El Espectador, allí estuvo tres años sacando fotos para el caricaturista Aldonado. Luego pasó al extinto Diario del Caribe donde estuvo dos años. Trabajó para las agencias Reuters y EFE; pasó al Heraldo y desde el 94 está vinculado a la Casa Editorial El Tiempo, donde destaca la parte gráfica.

La puntualidad
“Llegar de primero e irse de último”, afirma, permite estar atento y captar buenos momentos.Gracias a esto se analiza el lugar y se planifican las tomas que se desean hacer.

La tragedia es frecuente en fotografía

El dolor humano en una foto puede captarse con tal detalle que, mal manejado puede convertir a un medio respetable en amarillista. Para Carlos Javier, que ganó el Simón Bolívar 2011 con la foto: 'La vida en el pueblo de las aguas', está claro que el elemento humano es primordial en una foto, pero debe ser manejado con prudencia y para ello existen lineamientos jurídicos y éticos que orientan la conducta del fotógrafo y el periodista.

Citando el ejemplo hipotético de un niño de un lugar afectado por la ola invernal, Capella revela que El Tiempo suministra a sus reporteros y fotógrafos, un formato donde el adulto a cargo del menor autoriza la publicación de la imagen. Sin embargo, desde su experiencia dice que en “esas fotos no se debe mostrar la miseria y el dolor, sino dar otro mensaje con la imagen.”

Cómo tomar una fotografía

La respuesta le sale por inercia, con la frescura del Caribe. “Yo analizo toda la escena. La luz, el fondo; todo el entorno.” Ese es el secreto de quien llega a un lugar con la cámara guardada –a diferencia de lo que podría pensarse de un fotógrafo-. Cuando la cámara está oculta es cuando detalla las luces y sombras que envuelven al personaje que está siendo entrevistado por el reportero con quien trabaja. Con el redactor, es con quien Capella dialoga previamente para saber qué fotos debe tomar, esto lo hace antes del trabajo de campo. Al llegar al sitio, da vueltas, repara, observa, para luego encuadrar y disparar fotos que, como asegura “tienen que impactar para ser noticiosas”.

Los riesgos del reportero gráfico

Reporteros de guerra como Robert Capa, sacaron hitos fotográficos como el desembarco de Normandía arriesgando su vida, convirtiendo en leyenda el  oficio. Capa (Endre Ernö Friedman, su nombre real) murió en la guerra de Vietnam cuando cubría ésta para la revista Life.

Sobre esto, Capella, ‘el Antimotines’ (como le dicen gracias al chaleco ‘multibolsillos’ que usa cuando está trabajando) con tono serio y contundente expresa que “la vida es lo más importante” y hay que ser precavido en este oficio, no dejarse cegar por la pasión; como le ocurrió en Panamá al quedar atrapado en medio de un tiroteo, todo por “sacar fotos buenas”. Al caer en cuenta, se refugió y se reprochó esa acción: “verdaderamente yo sí soy pendejo.”

Otra situación riesgosa es estar en una zona insegura y desconocida. El consejo de este comunicador visual, que ha visto sus fotos en libros y portadas de directorios telefónicos, es no ir solo a estos lugares o pedir compañía de alguien del sector para realizar el trabajo; pues “no falta el bandido que lo quiera atracar a uno”. En caso de que –“ni Dios lo quiera”- se presente esta situación, lo mejor, y que recomiendan en El Tiempo (y todos los medios de comunicación), es “dejar que se lleven los equipos”, que están asegurados en caso de robo.

En la gráfica Carlos Capella (centro) junto a sus colegas Carlos Rincón y Óscar Berrocal, con quienes ganó el premio de periodismo Mario Ceballos Araujo en la versión 2011. Foto Universidad Autónoma del Caribe.

Sobre la foto y los derechos de autor

Capella expresa que la foto es del medio, éste  dispone de ella y su lucro, dando crédito al fotógrafo, quien firma al pie cada vez que la foto salga publicada en cualquier medio.
La última recomendación de Capella, para quienes tienen este arte como afición y oficio: “además de tener una cámara con un buen cuerpo y lentes, tiene que gustarle esto, tener buen ojo, buscar lo noticioso y, finalmente, ser artista.”

La entrevista termina. La ‘D80’ queda sola mientras la ‘Eos 1 Mark D’ es tomada por su dueño y guardada. Van rumbo a un lugar donde Capella, tras dialogar con el reportero que lo acompaña, tomará primero las fotos para el periódico y luego las suyas, las de su ojo y gusto.

*Esta nota fue publicada en el periódico Inay de la Universidad Sergio Arboleda Santa Marta.