El olor delator

Bien corto pero contundente. Otro relato mundano.

Por Eduardo Marín Cuello

Esta semana me sorprendieron muchas cosas. Pero la que más lo hizo, tal vez por el novelón que inspiró en mi cabeza especuladora, fue el hecho de una pareja (hombre-mujer, aclaro) unos 70 años o más cada uno, que subió a la busetica donde iba, por la carrera quinta entre doce y once de Santa Marta. Ambos risueños; ella sube y él detrás, y aunque se golpeó la cabeza al entrar no le importó, sonrió. Ella encuentra lugar tras de mí, en la tercera banca. Él escoge ir de pie, en la puerta. Hasta ahí normal. Mi asombro y mi novelón empezaron cuando les sentí el fuerte olor a "jabón chiquito". El que entendió, entendió.