De obras paradas y otros demonios internos en la gente

Los comercios pierden dinero, las familias se encierran, la temperatura no ayuda y, seguramente, mil problemas más están conectados.

Por Eduardo Marín Cuello

Peluquerías, ventas de muebles, talleres de bicicletas y una tienda botánica son los principales perjudicados por el bloqueo que generan las obras de la Unión Temporal Ferro Tres a la altura de la avenida del Ferrocarril con carrera seis de Santa Marta. Este problema se acentúa porque la obra -que busca construir un tramo del colector de aguas residuales- está en paro hace dos meses.

Pilar Domínguez, propietaria de la tienda botánica Los Arrayanes, comenta el panorama diario de su negocio a raíz del cese de actividades en la obra.

-Ya se han bajado mucho las ventas. Antes vendíamos 400 (mil pesos) a diario, y hoy no tenemos ventas sino de 50 mil o de 100 mil; porque las calles las han tapado, nos obstaculizaron la vista del negocio, nos han perjudicado".

Frente a su local, está la prueba más grande del cese de labores: una retroexcavadora sobre un montón de arena. La gigantesca maquinaria está adornada con una pancarta verde que reza "No más obras inconclusas".

Pilar agrega que les han dicho que el vehículo está dañado. Ella, acatando esa palabra en buena fe, expresa que, de ser así, "ellos deben mandar otra para que solucionen este problema y destapen la vía”. Mientras tanto, los envases con líquidos coloridos y las hierbas secas que vende para curar hasta los males más graves, se pierden en el polvo que la brisa arrastra hasta el interior.

A mitad de esa cuadra, Germán Zambrano, dice que su familia optó por permanecer encerrada mientras las obras parecen llevarse sin control.

-Los malos olores que emite la alcantarilla siempre destapada, el polvo, en fin; todo eso se mete a la casa. Nos toca estar con  la puerta cerrada y soportar el calor.

Agrega que el personal que labora ahí, lo hace si ningún tipo de precaución. Rompen pisos sin avisar, obstaculizan las entradas de las casas y, además, no se ve control o interventoría sobre la obra.

-Hemos  intentado dirigirnos a Metroagua, a la Alcaldía; pero no hemos recibido respuesta.

La veeduría ciudadana Unidos por Santa Marta convocó a una reunión el pasado 16 de mayo con los representantes de la obra, quienes dieron algunas explicaciones pero no soluciones tangibles a los estragos que deja esta obra radicada por Metroagua SA ESP en la licitación 07 de 2009.

Edilfonso Orozco, miembro de Unidos por Santa Marta, exige acciones por parte de los órganos estatales encargados de representar y velar por el bien común.

-Mi llamado es para que tengamos presencia de los entes de control, como  la Contraloría, Personería y también los concejales.

Edilfonso, como iluminado por una mayéutica sobre sí mismo, continúa:

-Hombre, nosotros somos quienes elegimos a los concejales y estos señores no se pronuncian al respecto. Señor alcalde, ¿qué está pasando con esta obra "Ferro Tres" que está parada? Necesitamos sus pronunciamientos, que pongan el ojo sobre esta obra.

Ellos, son la cabeza principal de esa Hidra que son los organismos del Estado cuando la democracia pierde su esencia, la representación del pueblo, del constituyente primario.
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Este es el sentir de una comunidad ante una obra que luce olvidada. El problema se suma y se conecta con otros. La prueba de ello: Los buses que deben ser desviados de ese tramo, el único por dónde todas las rutas que van hacia el sur de la ciudad transitan antes de ver la Bahía por su flanco derecho. William Vargas, conductor de buses, dice:

-Nos toca desviarnos. Esta calle, la 10C, está en muy mal estado, como muchas en Santa Marta. Por eso se pierde mucho en tiempo y dinero; por los trancones y porque la suspensión del carro se va dañando y toca, entonces, hacerle mantenimiento más seguido.

Un problema lleva a otro. La suma de todos los males conectados muestra su total con sólo empezar a caerse una de las fichas de dominó que estaban ordenadas en hilera. Aquí, se paró una obra y los comercios bajaron su productividad, los conductores se afectaron, los vecinos se encerraron y el calor no ayuda.

La pancarta pegada a la retroexcavadora varada resume el sentir de esta comunidad y, quizá, la de todo país tercermundista: “No más obras inconclusas”.