La rabia del hincha bananero

Por Eduardo Marín Cuello

Imagen tomada de Caracol Radio y adaptada por Eduardo Marín en GeneradorMemes.com
Unión, lo de anoche causa impotencia. Da rabia que el equipo no haya aprovechado un hombre de ventaja. Se llena de coraje el seguidor que se movió hasta el comercio más cercano para poder ver el juego porque en su casa no tiene ese servicio de televisión. Le duele haber pagado la cuenta de las ocho cervezas bebidas y las gaseosas, pasabocas y golosinas que su pareja ingirió. Le lastima porque simplemente no se generó una opción clara de gol; porque -con cada minuto- crecía la impotencia por esa tanda de centros mal tirados a un gajo de defensores contrarios, y porque una banda de foráneos no sintieron los colores del equipo de la tierra.

Es entonces, cuando los héroes del domingo se convierten en villanos el miércoles. Y ahora los errores se ven más. No hay nada tan ilusorio como el triunfo. La victoria enceguece y no permite la autocrítica, esa que existe -sólo- si se es sensato. Del entrenador para abajo, demostrarán su responsabilidad en los próximos días. Habrá que esperar. El problema, es para la hinchada esperanzada.

Y como se centró todo en el ascenso que no se logró, se empieza a buscar culpables: "Velasco es un rosquero porque echó a fulanito"; "que es un bruto porque no metió a Salazar desde el arranque"; "que Salazar no demostró la calidad que tuvo ante América"; "que Viveros es un irresponsable al buscar 'la individual' siempre"; "que ese Barón no es malo sino perverso"; "que Pérez la embarra en el último momento"; "que cómo se va a hacer expulsar el Conejo Jaramillo"; "que Ríos no le hace gol ni a la mamá"; "qué Hinestroza no da un pase bueno"; o la más popular: "qué seguro Eduardo Dávila hizo una llamada" y ordenó a los jugadores "que se pararan", porque "a él no le conviene que ascienda "no ves que deja de recibir el subsidio de la Dimayor".

No sé si esos argumentos (todos) sean ciertos, pero ya son comunes y un rumor multiplicado siempre se asemeja a la verdad. Y la verdad duele, hiere y mata esperanzas. Menos las de los masoquistas; y en el amor a los clubes de fútbol hay mucho de eso. Y si lo de las llamadas es cierto, todo indicaría que 'Don Eduardo' domina ese sentir de la hinchada.

Tras pagar la dolorosa cuenta, el hincha regresa a su casa. Quizá no haya podido dormir con la agonía de soportar burlas y reclamos al día siguiente por culpa de su equipo. Quizá en la madrugada encendió su televisor y algún canal deportivo repetía su noticiero con la información del partido que le causaba tristeza. Ahí, en la silenciosa y oscura soledad, seguro sintió rabia e impotencia y cambió de canal mientras maldecía. Es muy seguro también, que luego se calmó y cayó en cuenta de que en realidad, lo único que le duele -al fin y al cabo- no es tanto el hecho de seguir en La B, sino haberse perdido el capítulo de la telenovela de Diomedes Díaz.