Eso que piensas no es periodismo

Por Eduardo Marín Cuello


Clark Kent (Superman) el personaje reportero que cubría la verdadera identidad del héroe nacido en Kriptón. Imagen tomada de aquí.
Es el primer examen de su vida universitaria. Son 27 estudiantes de primer semestre de Comunicación Social y Periodismo. Algunos quieren ser reporteros, otros presentadores de farándula, alguna escritora y dos, modelos, que además piensan que "la carrera les complementará su profesión".

Ante ellos hay un tipo de 23 años; es el profesor. Es comunicador social y periodista; está a punto de terminar una especialización; trabaja en una emisora orientando un programa a mediodía y aún no sabe que dentro de un mes recibirá el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar. Aunque casi de la misma edad que sus alumnos, ha desempeñado roles docentes desde que tenía 19 años y cursaba séptimo semestre de la misma carrera que ellos están iniciando.

El examen es de selección múltiple con única respuesta y equivale al 50% de ese primer corte del semestre. Hay 10 preguntas, la número 3 llama particularmente la atención. Dice así:

¿Cuál de los siguientes grupos de personajes, se reconoce como de grandes periodistas que aportaron al desarrollo del oficio en el mundo?

A. William Randolph Hearst, Joseph Pulitzer.
B. Adolfo Hitler, Michael Jackson, Juan Pablo II.
C. Franz Beckenbauer, Edson Arantes. 
D. Loise Lane, Clark Kent, Peter Parker.

Si usted conoce algo de historia del Periodismo sabrá la respuesta. No le alargo más el cuento y le digo que sólo 4 (de los 27) respondieron acertadamente: A. William Randolph Hearst, Joseph Pulitzer; el resto se enfrascó en la opción D.

Hoy día del Periodista, quiero hacer énfasis en cómo se está empezando sin vocación a vivir en este oficio y cómo la búsqueda de fama, dinero y poder, se llevan por delante a los ideales de un oficio que Gabriel García Márquez denominara "el mejor oficio del mundo".

Buscar la verdad se limita por un compromiso comercial tanto de los directivos del medio como del mismo periodista en ocasiones, cuando debe convertirse en vendedor, cobrador y -tristemente- suplicante ante personas (naturales y jurídicas) que no quieren verse perjudicadas por la divulgación de sus malas gestiones.

Ante ese problema, que termina cegando a la Opinión Pública -porque en este arte todo está conectado y genera un efecto dominó- se hace necesario erradicar la sombra de la preocupación por el ingreso económico de los periodistas. Hace poco le escuché en conferencia a Juan Gossaín, dos veces, que el periodismo con hambre no se puede hacer; y que los periodistas tenemos organizaciones para todo, menos para lograr compensar nuestro salario. Sobre todo en las regiones donde las grandes cadenas apenas incursionan con uno que otro corresponsal. Sabio sería replantear la forma de contratación en nuestros medios, empezar a pensar en roles específicos y no viciados por otras dependencias del organigrama; porque aunque el medio sea una empresa y necesita lucro, sin los periodistas sería difícil conseguirlo. Y si se atenta contra la credibilidad del gremio por andar complaciendo fuentes, tarde o temprano se pierde público. La gente no es boba.

Volviendo a cosas por replantear, esa idea loca de creerse mejor que el resto de colegas hay que erradicarla. Usted es igual que aquel. Punto. Quizá trabaje en el medio más influyente, pero ella seguramente escribe, vocaliza o registra mejor que usted; sin contar que siempre tiene sus fuentes contrastadas. Así se gana credibilidad. Así se forma algo de opinión pública. No diciendo que usted es capaz de poner a temblar instituciones que, por sí mismas, tarde o temprano caerán.

Hay que tener presente que este arte, considerado el más peligroso para la vida del artista, también es considerado el segundo peor oficio detrás de los casi extintos leñadores. También se debe tomar en cuenta que es uno de los más provocadores de divorcios e infidelidades junto a los médicos.

Ojalá esto le sirva para replantear su responsabilidad que va más allá de la foto junto al concejal o la cena con los empresarios. No está mal estar en esos trotes, lo malo es poner eso como lo esencial. Esa fama es efímera y desagradecida. La única fama que sirve en esta carrera es que su público lo identifique como alguien que le transmite confianza en cada información, así no le conozcan la cara como pasa en la Radio.

Acá entre nos, este oficio y su pasión también pueden que estén generando el problema que refería hace un rato. El de la plata. Es que la sensación de estar informando algo cierto y de forma seria, sin compromisos con patrocinador alguno, y saber que el público pudo obtener un cambio en su vida por esa denuncia; o que la verdad se supo y se acabaron los abusos contra un grupo social, por ejemplo,llena de satisfacción así nos estén pagando mal. ¿Masoquismo? Quizá, pero la sonrisa del público es la moneda más valiosa para estos payasos que somos.

Pero somos unos payasos con todas las de la ley. Superprofesionales. Tenemos que saber de todo. No nos podemos quedar atrancados porque no sabemos por dónde le entra el agua a cada coco, sea de política, economía, violencia internacional, proceso de paz, campeonato de fútbol, abierto de tenis y nacimientos de hijos de famosos. Y agregue que debe saberse de historia y otras ciencias -ocultas y no- para poder contextualizar la información y poder superar la simple pirámide invertida y el titular con todas sus arandelas.

Por eso, y retomo la primera parte, esto es una vocación. Si usted quiere ser periodista prepárese y hágalo bien. Si usted quiere informar, contrastar fuentes, contextualizar la noticia y poder dar seguimiento con crónicas y reportajes que generen opinión, debe conocer la esencia del oficio y no andar creyendo que los personajes de ficción aportaron al desarrollo del periodismo. Clark Kent (Superman) volaba más de lo que redactaba titulares; Loise Lane (novia de Superman y compañera en el Diario El Planeta), tardó en revelar la verdad de quién era Superman y siempre lo tuvo al lado; y Peter Parker estuvo a punto de perder muchas veces su puesto de reportero gráfico por las injusticias de su jefe y su abandono del puesto por andar disfrazado de Spider-Man. Sin embargo, siempre defendieron la verdad y el bien común. Eso lo podríamos copiar los periodistas.

Pero no son reales, así que ellos sólo nos sirvieron para empezar a soñar con ser periodistas y para que mis alumnos se equivocaran en la respuesta.