La verdadera esencia para Mamá

Pensar en la celebración del día de la Madre es tener el recuerdo de restaurantes llenos y filas extensas en supermercados y tiendas donde compramos el regalo para mamá. Una imagen que mueve un poco la nostalgia que se siente en este encierro del coronavirus, y es ahí donde empieza el quiebre.
Este año -resignémonos- no habrá blusas coloridas, joyas finas, perfumes elegantes, invitaciones a almorzar o integraciones multifamiliares para agasajar a 'La Reina del Hogar'. No señores. Este año, la frase de tantas madres agradecidas y conscientes de la escasez de sus hijos, estará justificada:

"Mijo, ¿para qué te pusiste a gastar plata en eso?"

La enseñanza de esta coyuntura no está en darle un regalo a mamá en esta fecha y el resto del año exprimirla sentimental, financiera y físicamente. No. La verdadera revelación de la vida es que más allá de lo material está lo humano, lo sensible. Un abrazo y una palabra sincera, ojalá de perdón por hacerla sufrir tanto u ojalá de agradecimiento por habernos dado más que la vida.

Sí, está claro que no damos los regalos por compromiso sino como muestra material de un sentimiento. Pero cuando ese objeto se ausenta, lo que queda es lo esencial; y eso lo transmitimos con palabras, con gestos, con acciones. Una charla con mamá tomando café juntos por la mañana, un abrazo después de un beso en su frente coronada por canas o consentirla como tanto hemos querido y las ocupaciones no nos han dejado. Eso es lo que se decanta en esta situación.

Razones de sobra tienen los gremios del Comercio para abogar por el traslado de la fecha para el segundo semestre del año o para que no haya lugar a Ley Seca este fin de semana en los municipios del país, que lo están considerando en el marco de la cuarentena; pero la base de su defensa es la que se derrumbó en esta 'nueva normalidad' a la que ya nos hemos ido acostumbrando: Mucho materialismo sobra.

En este 'Día de la Madre 4.0', aproveche y conviva con ella en 1.0. Si no puede, porque la cuarentena los alejó, llámela y dígale todo lo bonito que le salga del alma. Aproveche, sobre todo, si todavía la tiene con vida. Y si la suya es una estrella iluminando su camino, ore por ella y recuérdela en cada momento de calidad juntos, haciendo honor a lo que ella seguramente quería para usted: la felicidad.

Feliz día de la Madre a la suya, a la mía, a la que lucha desde la cocina para que el hogar no se derrumbe y a las que deben dejar en casa a sus hijos para ir a sostener sus hogares. A las Madres trabajadoras, sobre todo, mis respetos en este día. En especial a las que laboran en el sector Salud.

Y que en adelante, el significado y el recuerdo de nuestras Madres, trasciendan el valor (económico) de estas fechas y sean reivindicadas su vida y su dignidad desde el esencial afecto que nos transmiten por nacimiento o adopción.