El cambio en los medios: relevo generacional o el acabose

Por Eduardo Marín Cuello

Y se fue Gossaín. Después de 4 décadas de levantar a los colombianos cada mañana, Juan Gossaín se retiró y se llevó consigo esa voz que de escucharla nos daba la seguridad que la verdad estaba presente en cada palabra dicha. Esa misma voz que dio cátedra de periodismo a miles de universitarios de todo el país, quienes desde sus facultades y escuelas de comunicación social y periodismo afirmaron “escucharlo sin siquiera haberlo oído”. 

Se fue ese hombre que por cuarenta y tantos años nos mostró la verdad de todo lo que hay en Colombia, siempre diciendo lo que su pensamiento le dictó. Su editorial final fue sencillo como él y aunque se vaya a malcriar a sus nietos, como él mismo afirmó, el país no tendrá de repente un maestro como Juan Gossaín, el hijo de San Bernardo del Viento en Córdoba. Pues ejemplos dignos de la labor de Hermes como este, no se ven florecer en los árboles.

Esta es una tristeza para Colombia, acostumbrada a tener victorias temporales y esporádicas en el ámbito deportivo. A propósito, este país lleno de pérdidas, más que de ganancias, tampoco tendrá fácilmente otro hombre que nos comente el fútbol de forma tan teórica como Carlos Antonio Vélez lo hiciera por todos estos años.

La voz casi argentina del hijo de Manizales, y mitad de la dupla más temida por los futbolistas profesionales junto a Iván Mejía Álvarez, también anunció su retiro del ejercicio periodístico hace algunos días. Con él no se pierde un maestro de la talla de Gossaín, pero sí un baluarte en el oficio de expresar la opinión libremente. Y sobre todo, la opinión en un deporte que  todo lo perdona.

La oportunidad es entonces, para todos aquellos que intentamos desde una academia aprender lo que toda una vida les enseñó a estos hombres, con el fin de que seamos en un futuro los que guiemos la opinión pública como ellos lo hicieron por tantos años. El relevo generacional, presente en toda sociedad, marca la pauta y reordena la situación. El cambio es lo que viene.

El llamado es entonces para todos, esos mismos que pelean porque les dicen que esta es una carrera fácil, un paseo, a que se muevan, que escriban, lean, analicen, investiguen, informen y formen a través de sus actividades periodísticas con el fin de ser tomados en un futuro como maestros o como baluartes por alguien que escriba una columna de opinión.

Si esto no ocurre, si los estudiantes no se forman correctamente siguiendo el ejemplo de aquéllos que siempre mantuvieron la verdad como espada y así lograron marcar un hito en la historia del oficio, la “hecatombe” en los medios será irreversible y simplemente habrá una mediocracia llena de exhibicionismo y espectáculo para saciar el morbo y el hambre de las fieras que ansían el amarillismo.

El acabose está a la puerta, solo hay que abrirla y Gossaín y Vélez y todos aquellos que han dejado su huella habrán hecho esfuerzos en vano. En cambio, mantenerla cerrada un tiempo en pro de hallar al nuevo baluarte sería la mejor elección.

Esperemos que pronto la generación que va de sus frutos, y de esta manera compensar lo que pierde el periodismo con esas bajas que el tiempo deja. Sangre nueva se pide, con oxígeno pero con ganas de seguir contando la verdad ante todo y ante todos. 

Columna publicada en la edición nº 7 del periódico institucional Notisergio